Tiene nombre de campesino y corazón de oro, es un trabajador incansable y ofrece fidelidad absoluta: es el perro Labrador.
Es que si hablamos de razas que sean útiles para el hombre, el perro Labrador se lleva varios laureles, pues desde ostentar una ternura total con los niños, hasta ser el mejor rescatista, su versatilidad es insuperable. Al menos eso opinan expertos veterinarios y criadores de todo el mundo, quienes no dudan en recomendar esta raza cuando lo que se quiere es una compañía, un guarda y un verdadero colaborador.
¿Quién no registra de inmediato en su cerebro la imagen del lazarillo de los ciegos al escuchar que mencionan al perro Labrador? Aunque el Labrador puede ser el integrante más holgazán de la familia, también puede ser el perro mejor entrenado para detectar droga por la Policía o el socorrista incansable en una avalancha de nieve.
Tales características hacen de este peculiar canino una mascota ideal para cualquier tipo de dueño. Por supuesto que, como todas las razas, tiene algunas debilidades. En el Labrador encontrarás sus defectos con el paso de los años, pues tiende a ponerse obeso si le permites una licenciosa vida, con reducido ejercicio y mucha comida.
Pero eso se soluciona fácilmente, acostumbrando a tu perro Labrador a una rutina de ejercicios que tú también puedes seguir con regularidad; de esta manera ambos se verán beneficiados. Manteniéndolo activo y prestándole la suficiente atención (es una raza que requiere estrecho contacto con su amo, pues suele estar muy pendiente de lo que éste haga), tendrá una vida satisfactoria y te colmará de buenos momentos.
Respecto a sus características físicas, la raza pura admite tres colores: amarillo, marrón (chocolate) y negro. Aunque nadie dejaría de adorar a un Labrador que no cumpla con estos requisitos, a menos que se busque un animal con destino a exposiciones caninas. La sola mirada que parece derramar amor y llamar a la ternura de esta raza, la hace tan especial que millones de dueños no se preocuparán por su color. Bastará que adoptes uno para comprobarlo.