Al momento de decidir adoptar una mascota, sobre todo un perro, has de tener claro que tu vida cambiará, de una forma u otra, pero cambiará para siempre. Eso es seguro. Por supuesto que nadie querrá que el cambio sea desfavorable. Por eso, a la hora de seleccionar una raza canina, es preciso tener en cuenta varios factores.
Si te gusta el perro travieso pero cariñoso, que exige un cuidado medio, cuyo tamaño también es mediano y su obediencia e inteligencia son de un nivel promedio. Entonces el Cocker Spaniel es un perro ideal para ti.
Ten presente que existen dos variedades de Cocker Spaniel: el inglés y el americano. Las diferencias son mínimas, sobre todo en el aspecto morfológico. Pero cualquiera de ellos que selecciones, tendrán ese espíritu juguetón y pícaro, ágil y comodón a veces, pero siempre cariñoso con su amo hasta el hartazgo.
Pese a que en algún momento de la historia se los catalogó como malhumorados, seguramente se debía a su carácter terriblemente juguetón. Es que los Cocker Spaniel son, al decir del escritor inglés Geoffrey Chaucer (autor de “Los Cuentos de Canterbury”), perros muy afectuosos, “tanto como una mujer en busca de marido”.
Y, en realidad, con el perro Cocker Spaniel puede darse aquello de “amor a primera vista”, pues tiene una mirada tan dulce e inocente –hasta triste, podría decirse— que enternece a cualquiera. Pero… ¡a la hora de entrar en confianza puede cambiar todo!
Por eso suele decirse de él que es un perro manipulador y a veces dominante. Esto puede tener algo de cierto, pero –como siempre decimos— todo depende del dueño y de la educación que le proporcione.
La firmeza en el caso de esta raza es necesaria. Por supuesto que amarás a tu cachorro, pero con un perro Cocker Spaniel la disciplina es fundamental, no porque su tamaño sea un inconveniente –porque es de las razas medianas a chicas— sino porque al ser tan bullicioso e inquieto suele dispersarse con facilidad y desobedecer. Pero no porque no le guste agradar a su dueño, sino solamente por distraído y juguetón.
Respecto a su alimentación, no requiere grandes cuidados. Bastará con un alimento para razas medianas con los nutrientes esenciales (busca las marcas de buena reputación pero siempre leyendo el contenido y el nivel de proteínas que contengan) y tener siempre abundante agua fresca a su disposición. Porque tantas carreras y juegos por el patio le causarán mucha sed a diario.
En tanto, su salud es de las más estables de las razas caninas, aunque hay que prestar especial atención a sus oídos, ya que el hecho de tener orejas caídas y abundante pelo, suele provocarle otitis que muchas veces lo tienen a mal traer. Asear frecuentemente sus orejas –las pantallas, no el oído— con un algodón embebido en suero o agua oxigenada será una buena medida de prevención.
Por lo tanto, atendiendo especialmente ese aspecto y cepillándolo con frecuencia para evitar los nudos en el pelo, el Cocker se mantendrá bonito y elegante, como digno representante de su especie.